jueves, octubre 24, 2013

LAS ENCUESTAS...Y LA INDUCCIÓN MASIVA...

Bachelet arrasando, Matthei luchando codo a codo por una segunda vuelta con Parisi y tooooodooo el resto ni siquiera aspirando a una posición medianamente valorada en la clase política. ¿Pero alguien ha visto la índices de la gran cantidad de personas que no responden, no saben o prefieren no ser parte de la encuesta? Ese es el miedo de la clase política. Hablar de esos desfavorecidos, quienes no tuvieron tiempo de responder porque estaban en sus trabajos de 10 o 12 horas, quienes justo en ese momento debían hacer dormir a sus hijos, alimentar a su familia y seguir inmerso en un sistema que sólo individualiza la lucha diaria de cada ciudadano. Porque para triunfar debes saber moverte en aguas turbias, donde quienes te palmotean la espalda no son amigos y quienes te felicitan no son tus seguidores. Nadie apoya a nadie. Esa es la imagen que poderes políticos, económicos y sobre todo mediáticos se encargan de imponer. Una coalición ligada a etapas oscuras de nuestro país que tiene 2 candidatos, otra que es capaz de unirse a todos quienes quieran un pequeño espacio en el futuro Gobierno, y una gama de representantes tan variopintos como sus ideas que sólo añoran con cambiar el acceso al orden existente, para poder participar de la misma fiesta, comer de la misma torta y disfrutar del mismo poder. ¿Cambiar de raíz todo? ¡Ni pensarlo! Blasfemia contra la estructura que tan bien nos protege, dándonos la opción de surgir donde queramos y crecer donde deseemos. El libre mercado te da la opción de hacer lo que desees y surgir, para ser uno de "ellos", "los de arriba", "los poderosos", quienes tienen las riendas económicas del país. Y el ciudadano cree. Calla. Sigue. Esperando el "golpe de suerte". La inducción masiva se ha logrado, el mensaje homogéneo y directo ha llegado a su nicho. Masas silenciosas guiadas como ovejas por su pastor. Esa imagen se impone. ¿La realidad? Absolutamente opuesta. Ciudadanos organizados que marchan por una idea. Proponen cambios en colectivos. Se las ingenian para manifestarse y, estando dentro del orden ofrecido, logran poner sus temas en la agenda mundial. Capuchas y gritos, bailes y cantos, piedras y movilizaciones. Todas tienen su razón de existir. Su génesis. La espontaneidad en las opiniones del ciudadano no es real. Cada una de las manifestaciones y frases puestas en las bocas de los miles que a diario salen a batallar por comer tiene un origen. Orígenes como la desigualdad, las injusticias, los excesos y por qué no, el hastío. Son esos ciudadanos quienes deben cambiar la historia de Chile. Desde el encapuchado que destruye todo a su paso de forma irracional, a la mujer que intenta detenerlo e invitarlo a otras formas de manifestación. Desde el joven que está endeudado con sus estudios al que no pudo estudiar por las deudas previas en su familia. Del profesional exitoso que logró destacar entre sus pares al que no pudo ejercer su profesión porque la economía nunca le dijo la verdad. Del Periodista que escribe en internet en un perdido blog al Comunicador que día a día trabaja en la masividad y dentro del sistema. Ellos, los otrora silenciosos y cada vez más ruidosos ciudadanos son quienes deben cambiar el país. En las urnas, en las calles, en sus familias, en sus barrios, en sus condominios, en sus poblaciones, en su vida... Ellos tienen el poder. Nosotros tenemos el poder. Es hora de ocuparlo a nuestro favor y despertar. Ah! no conteste el teléfono, seguro el encuestador pondrá lo que más convenga al poder. Hasta pronto...